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Un cuento de Ciencia ficción

APOCALIPSIS
RUBÉN MORENO


Cuando escuchamos las primeras explosiones, pensamos que se trataba de una celebración.
Pero cuando llegamos a la puerta grande del centro comercial pudimos ver que no eran simples juegos artificiales, estos eventos que se producían a una gran distancia de donde mirábamos atónitos, eran tan fuertes que eran iguales a esas imágenes que tenemos todos de la bomba atómica, grandes hongos se divisaban a kilómetros de distancia, uno tras otro. Pero lo que más aterrorizaba era que cada vez se veían más cerca.
Ahí fue cuando escuche la voz de una mujer la cual estaba cerca pero no podía ver, que dijo
Sera este el tan anunciado fin del mundo.
Un frio recorrió todos nuestros cuerpos, todos nuestros miedos se volvieron realidad. Eso de lo que tanto se había hablado pero nunca se le prestó atención en verdad estaba sucediendo
Inmediatamente llegaron a mi mente las imágenes de nostradamus de los mayas etc. etc. y lo más impactante eran las imágenes y eventos que se anunciaban en al apocalipsis, pero esto era una suposición de lo que estaba ocurriendo, pero el miedo era tan fuerte y no nos abandonaba.
Curiosamente antes de llegar al centro comercial pudimos observar a centenares de estudiantes de una de las mejores universidades del país, la cual tenía su sede ahí cerca. Como hacían fila en varios stands para recibir un libro que llevaba por título el universitario, no aguantamos la curiosidad e hicimos la fila, ahí nos entregaron el ejemplar de un libro de pocas páginas, cuya portada era de color verde y su titulo en letras grandes… el universitario.
Al abrirlo nos causo muchas gracias de ver que se trataba de un diccionario con la ilustración de cada palabra digno de un niño de jardín aprendiendo sus primeras letras. Sin comprender nos alejamos hacia nuestro destino que era el gran centro comercial, una estructura impresionante de color blanco con muchos niveles en los cuales se podía conseguir desde una aguja hasta un trasatlántico.
Se escucho entonces un gran barullo y a la distancia pudimos observar que una gran revuelta se había formado en la universidad, lo que sucedía era que los furiosos alumnos destrozaban todos los stands y enfurecidos linchaban a sus profesores con sus libros el universitario. Uno de mis acompañantes dijo inocentemente. Esto parece el día de llegada refiriéndose al fin del mundo.
Unos minutos antes de escuchar las primeras explosiones, departíamos en la cafetería del lugar con el comandante de la policía, el cual estaba disfrutando de su día libre. El con guitarra en mano y vestido de jean y buso nos deleitaba con partes de algunas canciones, a la vez que intercambiamos conocimientos sobre este instrumento musical, recuerdo su cara de asombro y de miedo cuando comenzó todo este Armagedón. El como cabeza de la autoridad debía hacerse cargo de la situación la cual para ser francos se le salía totalmente de las manos, mas sin embargo salió raudo por las escaleras pidiéndole a sus subalternos su uniforme de capitán.
Para tranquilidad de todos las explosiones cesaron y a pesar de que el miedo no nos abandonaba se dibujo en todos una sonrisa nerviosa, ya había pasado, el mundo no se había acabado. Pensamos entonces que tanta gente había muerto en los sitios exactos donde ocurrieron y quedo la pregunta en el aire de que realmente había pasado.
Comenzamos a subir de nuevo las escaleras para ingresar de nuevo al centro comercial y llegar hasta la terraza de donde observaríamos mejor las zonas devastadas, fue ahí cuando escuchamos unos sonidos que no distinguíamos pero al acercarse determinamos que se trataba del chillido de un animal, pero lo aterrador era que parecían que pertenecía a miles de animales que venían en desbandada, justo hacia donde nosotros avanzábamos.
La duda fue despejada cuando por encima de nuestras cabezas comenzaron a saltar ratas que amenazaban con morder, eran miles de ellas de diferentes tamaños. Cuando llegamos al último escalón, vimos un tapete por el gran salón de entrada, era un tapete de estos animales los cuales estaban huyendo de algo, de algo muy malo. Como eran tantas pasaban muy cerca a nuestros cuerpos, ahí fue cuando le encontramos utilidad al libro del universitario ya que nos servía de arma y de escudo para que estas alimañas no nos mordieran. Los utilizamos como bates de beisbol y acertábamos cada golpe.
Fue entonces cuando toda la algarabía que se había causado se silencio, a nuestro alrededor no habían roedores solo gente tirada en el piso blanco del salón, unos maltrechos por la mordeduras y otros por los cuales ya no había nada que hacer. De frente a nosotros había un resplandor que se acercaba a gran velocidad, la primera reacción que tuvimos fue correr en sentido contrario. Pero todo se ilumino, no hubo dolor no hubo miedo.
Ahora solo trato de recordar que mas paso esa tarde en el centro comercial pero por mucho que me esfuerzo solo llegan a mi mente estos episodios, quisiera saber realmente si esa tarde fue en verdad el tan anunciado fin del mundo

Un cuento de terror

APOCALIPSIS
RUBÉN MORENO


Cuando escuchamos las primeras explosiones, pensamos que se trataba de una celebración.
Pero cuando llegamos a la puerta grande del centro comercial pudimos ver que no eran simples juegos artificiales, estos eventos que se producían a una gran distancia de donde mirábamos atónitos, eran tan fuertes que eran iguales a esas imágenes que tenemos todos de la bomba atómica, grandes hongos se divisaban a kilómetros de distancia, uno tras otro. Pero lo que más aterrorizaba era que cada vez se veían más cerca.
Ahí fue cuando escuche la voz de una mujer la cual estaba cerca pero no podía ver, que dijo
Sera este el tan anunciado fin del mundo.
Un frio recorrió todos nuestros cuerpos, todos nuestros miedos se volvieron realidad. Eso de lo que tanto se había hablado pero nunca se le prestó atención en verdad estaba sucediendo
Inmediatamente llegaron a mi mente las imágenes de nostradamus de los mayas etc. etc. y lo más impactante eran las imágenes y eventos que se anunciaban en al apocalipsis, pero esto era una suposición de lo que estaba ocurriendo, pero el miedo era tan fuerte y no nos abandonaba.
Curiosamente antes de llegar al centro comercial pudimos observar a centenares de estudiantes de una de las mejores universidades del país, la cual tenía su sede ahí cerca. Como hacían fila en varios stands para recibir un libro que llevaba por título el universitario, no aguantamos la curiosidad e hicimos la fila, ahí nos entregaron el ejemplar de un libro de pocas páginas, cuya portada era de color verde y su titulo en letras grandes… el universitario.
Al abrirlo nos causo muchas gracias de ver que se trataba de un diccionario con la ilustración de cada palabra digno de un niño de jardín aprendiendo sus primeras letras. Sin comprender nos alejamos hacia nuestro destino que era el gran centro comercial, una estructura impresionante de color blanco con muchos niveles en los cuales se podía conseguir desde una aguja hasta un trasatlántico.
Se escucho entonces un gran barullo y a la distancia pudimos observar que una gran revuelta se había formado en la universidad, lo que sucedía era que los furiosos alumnos destrozaban todos los stands y enfurecidos linchaban a sus profesores con sus libros el universitario. Uno de mis acompañantes dijo inocentemente. Esto parece el día de llegada refiriéndose al fin del mundo.
Unos minutos antes de escuchar las primeras explosiones, departíamos en la cafetería del lugar con el comandante de la policía, el cual estaba disfrutando de su día libre. El con guitarra en mano y vestido de jean y buso nos deleitaba con partes de algunas canciones, a la vez que intercambiamos conocimientos sobre este instrumento musical, recuerdo su cara de asombro y de miedo cuando comenzó todo este Armagedón. El como cabeza de la autoridad debía hacerse cargo de la situación la cual para ser francos se le salía totalmente de las manos, mas sin embargo salió raudo por las escaleras pidiéndole a sus subalternos su uniforme de capitán.
Para tranquilidad de todos las explosiones cesaron y a pesar de que el miedo no nos abandonaba se dibujo en todos una sonrisa nerviosa, ya había pasado, el mundo no se había acabado. Pensamos entonces que tanta gente había muerto en los sitios exactos donde ocurrieron y quedo la pregunta en el aire de que realmente había pasado.
Comenzamos a subir de nuevo las escaleras para ingresar de nuevo al centro comercial y llegar hasta la terraza de donde observaríamos mejor las zonas devastadas, fue ahí cuando escuchamos unos sonidos que no distinguíamos pero al acercarse determinamos que se trataba del chillido de un animal, pero lo aterrador era que parecían que pertenecía a miles de animales que venían en desbandada, justo hacia donde nosotros avanzábamos.
La duda fue despejada cuando por encima de nuestras cabezas comenzaron a saltar ratas que amenazaban con morder, eran miles de ellas de diferentes tamaños. Cuando llegamos al último escalón, vimos un tapete por el gran salón de entrada, era un tapete de estos animales los cuales estaban huyendo de algo, de algo muy malo. Como eran tantas pasaban muy cerca a nuestros cuerpos, ahí fue cuando le encontramos utilidad al libro del universitario ya que nos servía de arma y de escudo para que estas alimañas no nos mordieran. Los utilizamos como bates de beisbol y acertábamos cada golpe.
Fue entonces cuando toda la algarabía que se había causado se silencio, a nuestro alrededor no habían roedores solo gente tirada en el piso blanco del salón, unos maltrechos por la mordeduras y otros por los cuales ya no había nada que hacer. De frente a nosotros había un resplandor que se acercaba a gran velocidad, la primera reacción que tuvimos fue correr en sentido contrario. Pero todo se ilumino, no hubo dolor no hubo miedo.
Ahora solo trato de recordar que mas paso esa tarde en el centro comercial pero por mucho que me esfuerzo solo llegan a mi mente estos episodios, quisiera saber realmente si esa tarde fue en verdad el tan anunciado fin del mundo

Un cuento maravilloso

EL ÁRBOL MARAVILLOSO


En una pequeña placetuela del pueblo de Concoverno, había un precioso árbol, al que centenares de los habitantes de la localidad, habían trepado en su más tierna infancia. Tan viejo era ya el árbol, que las autoridades del pueblo decidieron darle un merecido descanso, colocando a su alrededor una pequeña valla, para impedir que los niños continuaran subiéndose a sus ramas.

Una medida, que no le gustó nada al árbol, ya que él disfrutaba enormemente de la compañía y las ocurrencias de los más pequeños del lugar. Días y días pasaron, hasta que un osado niño llamado Guillermo decidió hacer caso omiso a las prohibiciones y trepar a una de sus fuertes ramas, en compañía de su amigo Agustín.

Tan feliz estaba, al escuchar las confidencias que los dos amigos se hacían, que la vieja savia de su cuerpo, parecía rejuvenecer con cada palabra de los pequeños. Agradecido por la audaz acción de Guillermo, decidió ayudarle a conseguir eso que el niño tanto deseaba: ganar a las canicas, para evitar que todos se rieran de él y conseguir la atención de Carlota.


A la mañana siguiente, todos quedaron sorprendidos por la gran pericia de Guillermo con las canicas. Incluso Carlota se dio cuenta de lo bueno que era, regalándole su más preciada canica. Más feliz que una perdiz, regresó por la tarde al árbol, para contarle a Agustín sus proezas.

Fue así como el viejo árbol, descubrió lo mágico y maravilloso que podía ser, transformándose en el Árbol de los Sueños.


Escrito por Lucky

Cuento Policíaco

MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS
J. CHANDLER.


El cuerpo estaba sentado contra una pata de la cama, llevaba una remera verde, un pantalón beige, y unas viejas all star negras talle 39
-Es el cuarto en esta semana- Dijo Frederick
-Era una mujer muy bella... Ves Frederick? estas son las cosas por las cuales me retiro, ya no tengo la edad física ni emocional para lidiar asesinos así-
Argumento Dimitri, mientras observaba con atención la cama de la victima por si algo se les había escapado.
-Quieres decir que te sientas frente a la televisión a pensar que en tus días los asesinos eran más humanitarios con los demás?, es la misma mierda con distinto perfume Dimitri,
No te confundas... maldad habrá aquí y en todo lugar, es nuestro trabajo y deber, evitarla... o al menos el mío...- dijo con tono soberbio Frederick
Dimitri y Frederick llevaban trabajando juntos hacía más de 22 años, Frederick estaba divorciado hacía ya más de 6 años, tiene 1 hijo que ve poco y solo con mucho papeleo de parte los jueces
Dimitri en cambio, era soltero y vivía solo, Prefería obviar temas de su familia, llevaba más de 25 años de amistad con Frederick
Y aún así nunca terminó de comprender por completo la situación familiar de su amigo.
-No se ven signos de abuso sexual- irrumpió el forense.
Frederick asintió con la cabeza y salió del lugar, Dimitri lo siguió, echó un último vistazo a la víctima y cerró la puerta.

-¿Sabes? después de trabajar tanto tiempo, ¿nunca pensaste aunque sea una vez, retirarte?
Frederick levanto la cabeza por sobre su diario y le dijo "Parece que el edulcorante te hace encoger las neuronas y no la barriga"
¿porque últimamente estas tan insistente con que me retire? desde que estos últimos 5 crímenes comenzaron no haces más que insistir en lo mismo
¿te pasa algo?
-No, tu estas muy preguntón, no todo tiene un "por qué" me preocupo porque eres mi compañero, no quiero que el trabajo te agote
-Créeme que soportándote a ti tantos años, el trabajo ya no me agota en absoluto, Se burlo Frederick
Dimitri alzo su taza de té, bebió un trago se levanto dejo propina para la mesera y se fue.

Dimitri estaba teniendo un comportamiento extraño... es decir siempre fue reservado, pero últimamente insistía en cosas no propias de el
quizás parezca exagerado, pero cuando uno conoce a una persona por tanto tiempo sabe cuando actúa de una manera distinta
hace al menos un mes que Dimitri tiene por así decirlo, la cabeza en otro lado.

Un nuevo asesinato ocurre entre las 2am, en una casa alejada en San Diego, otra vez una mujer, no había signos de abuso sexual
-El asesino forjo la puerta, a simple vista la victima tiene 4 puñaladas en la espalda, que el de la morgue se encargue de la hora de la muerte
y si alguien ve a Dimitri díganle que venga por fa...
-¡AQUI ESTOY!- (Irrumpió Dimitri exaltado) ¡Perdón por la tardanza! ¿Que tenemos Frederick?
-Wow... hoy si que te veo emoción...o... hasta te bañaste, ¿acaso un asesinato es una ocasión especial?
-No bromees con eso... tuve que bañarme, salí a trotar y luego me quede dormido
-Tu no bromees, ¿tu trotando?... en fin, échale un vistazo a esto... son 4 puñaladas en la espalda, muy profundas, comenzaron de arriba hacia abajo
excepto la última que apenas es un corte poco profundo... ¿El asesino habrá visto venir a alguien y escapo? Aún no encontramos testigos...
-Interesante-... en cuanto sepa algo te llamaré, tratare de ver si el arma homicida se encuentra por aquí.
-De acuerdo-, dijo Frederick mientras se iba, pero luego se arrepintió y de una media vuelta se regreso,
-¿Dimitri... te encuentras bien? cuestionó con preocupación...
-Si Frederick..., entiéndeme es mi retiro, estoy cansado, no tengo familia...pero créeme que últimamente le estoy sacando jugo a la vida,
durante todos estos años, viví de ordenes de los demás, y siempre fui muy reservado... solo me relacione contigo, pero ahora que es mi retiro, me siento libre..-
Era irónico que un policía que se encarga de poner a los malvados tras las rejas, no se sienta "libre", pensó Frederick.
-¡No te preocupes amigo! ahora déjame terminar de examinar el cuarto.-
Era la primera vez en 25 años de amistad, que Dimitri le decía amigo, Frederick estaba completamente confundido... pensó si cuando el deseara su retiro
se convertiría en un Dimitri, que quiera mas a la vida... quizás se reconciliaría con su esposa, y luego alimente a las palomas y corra por un prado revoleando margaritas
Así no era el... así no era nadie de la policía en realidad...
-Bueno Frederick... lamento haberte sido de tan poca ayuda este último tiempo.. Será que me deje estar, pero en 2 días tendré un reemplazo, algún alma joven de seguro...
Tendrás a tu Watson para que te ayude...-
"¿Un discurso de despedida?, acaso se va a suicidar o qué?" pensaba Frederick interiormente pero muriéndose por gritárselo
-Menos mal que me retiro de esto... no puedo imaginármelo... esta pobre mujer, asustada, con gusto a sangre en su boca, Sus ojos verdes pidiendo clemencia,
Sus manos cerrándose solas por el pánico, y sus piernas temblando.., ahora me entiendes Frederick? todas las noches pienso en este tipo de personas..
Frederick miró fijo a Dimitri, se acercó a la víctima... palmeo el hombro de Dimitri para que se hiciese a un lado, agarro la cara de la víctima
La miro de cerca...
Dimitri asomaba la mirada, pero no podía ver nada de lo que Frederick hacía con el cuerpo debido a que su cabeza le tapaba la vista)
Frederick volteo mirando a Dimitri...
-Dimitri, la víctima tenía los ojos cerrados.